Si como yo, sois de los que pensáis que no solo el café sino cualquier bebida o alimento montado de forma bonita sabe mejor, os va a encantar lo que hoy os enseño porque es un vaso para café con el que además de poder tomar un café bonito, se puede hacer de una manera fácil y rápida. Y bueno, no solo café o café con leche, también leche sola, un chocolate caliente…
He encontrado este bonito vaso, perfecto para tomar cafés bonitos, en French Chateau, una interesante tienda para los que nos gusta el estilo afrancesado. No sé si venden a España pero seguro que, buscando un poco, podemos encontrar algún vaso parecido en otra tienda. ¿Quizá en Maisons du Monde?
Seguramente, mucha de la culpa de que queramos tomar cafés bonitos, la tiene la popularidad de las redes sociales online. No solo es que al ver en esas redes sociales como la gente se esfuerza en preparar un café bonito, en una bonita taza, con un bonito plato, una bonita cuchara y en acompañarlo con bonitos adornos, nos entren las ganas de hacerlo también. Es que además lo hacemos y lo enseñamos en esas mismas redes sociales. Alguien lo ve y entonces quiere su café bonito y el círculo nos engancha.
Lo malo es que en ocasiones, para conseguir un café bonito y un café fotografiable, le dedicamos demasiado tiempo a prepararlo. Por eso he decidido enseñaros precisamente este vaso. Porque podemos lograrlo muy fácil y rápidamente.
El hecho es que este vaso de cristal, de un diseño tan básico que me recuerda a los comunes y corrientes vasos de bar (por cierto qué bueno sabe el café de bar en vasos de bar en algunos bares), tiene una particularidad que lo hace el vaso perfecto para tomar cafés bonitos; está decorado con unas letras blancas.
Las letras de este vaso para cafés bonitos se leen «latte», «hot chocolate», «café au lait», «frappuccino»…
Con solo dejar caer en el interior de este vaso el café o el café con leche, se convierte automáticamente en un café bonito. Y poco más necesita para ser un café digno de ser fotografíado y compartido en cualquier red social. Por eso precisamente lo he encontrado digno también de mostrarlo en el blog.
Me gusta convertir pequeñas acciones cotidianas que se repiten diariamente en rituales. Y estoy segura de que a muchos y muchas de vosotros y vosotras también, aunque es posible que lo hagáis incluso sin daros cuenta.