Dejando de lado las metáforas, debo decir que yo, hasta hace muy poco tiempo, tenía las alas rotas literalmente.
No es que las hubiera retirado de mi decoración de casa. De hecho, me seguían gustando hasta siendo alas rotas.
Pero debes saber que tiendo al aburrimiento visual y que no mantengo demasiado tiempo las cosas en mi casa en el mismo sitio y que por supuesto los pequeños adornos como estas alas, las cambio constantemente.
Y no solo de sitio. Las cambio de sitio, las cambio de color y hasta las convierto en cosas nuevas.