Tengo pocas alfombras en casa. Decir que es porque odio limpiarlas, es una excusa pobre. No creo que nadie tenga limpiar alfombras como pasatiempo favorito. Así que debo admitir que tengo pocas alfombras en casa porque soy la vaga que prefiere renunciar a ellas que esforzarse en mantenerlas limpias. Pero llevo meses dándole tantas vueltas al tema de las alfombras, que se me ha venido el verano encima y ahora quiero alfombras hasta en el balcón.

Pintar una alfombra


Esta mañana me he puesto a buscar alfombras de exterior. Sé que las hay. Existen alfombras, y no solo de materiales propiamente de exterior sino hasta textiles, capaces de aguantar en el exterior bastante tiempo.

Estas alfombras de exterior, que son las que estaba yo buscando, son recomendables para decorar y crear zonas más caseras en porches, jardines, balcones o terrazas.

Pero seguro que ya os habéis dado cuenta de que la «alfombra» que he encontrado buscando alfombras de exterior, no es muy ortodoxa. ¡Es una alfombra pintada!

UNA ALFOMBRA DE EXTERIOR PINTADA

Pintar una alfombra en el exterior

Me ha costado menos encontrar la alfombra de exterior perfecta para mí, que una de interior. Es esta pintada directamente sobre el suelo que he encontrado en la página de lindaspryinteriordesign.com en Pinterest.

Porque aunque ya he dicho que hoy se pueden encontrar alfombras de textiles que soportan perfectamente a la intemperie, también se pueden encontrar buenas pinturas que lo hacen. Y pintarse uno su propia alfombra es mucho más creativo, original y personal que comprar una hecha.

Y creo que sobra explicar todas las demás ventajas que supone una alfombra pintada. Ya sabréis por qué esta alfombra de exterior se ha convertido inmediatamente en la alfombra perfecta para una persona como yo. Apostaría que también lo es para algunos y algunas de vosotros. ¡¡No se tiene que limpiar!!

Bueno, en realidad el mantenimiento de una alfombra pintada es el mantenimiento del propio suelo sobre el que se ha pintado. Una barrida y quizá algún día algo de mocho y queda la alfombra limpia.

Además, estoy segura de que una alfombra pintada sale mucho más económica que una alfombra real. Y sin embargo, el efecto visual de conseguir una base que equilibre lo que sobre una alfombra repose, es el mismo.

El único inconveniente que le encuentro a pintarnos una alfombra en lugar de colocar una real, es que tenemos que dedicarle más tiempo a hacerlo.

Para una alfombra real, vamos a la tienda, elegimos la que te guste, llegamos a casa y la colocamos. Si queremos pintarnos una alfombra vamos a tener que dedicarle más tiempo. Crear un diseño, elegir los colores, comprar la pintura, trasladar el diseño al suelo y pintar sobre él. Pero, ¡qué rayos! ¡Si a la mayoría de nosotros nos encantará hacerlo!

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