No es que no me guste el felpudo BORRIS de IKEA. De hecho, durante mucho tiempo estuve utilizando este felpudo en su forma original. Luego, algunos lo recordaréis, recorté este famoso y económico felpudo, con forma de nube. Pero ya era hora de cambiarlo por uno nuevo. Hace unos días compré de nuevo el mismo felpudo BORRIS de IKEA y esta vez he decidido tunearlo y decorarlo desde el primer día en casa.
Sobre estas líneas veis como es el felpudo BORRIS de IKEA originalmente. Es un felpudo de forma rectángular, de color azul oscuro y de esquinas redondeadas. No es un felpudo feo.
Pero como me apetecía darle una imagen personal a la entrada de casa, he recortado y decorado con estrellas pintadas, el felpudo BORRIS.
DECORAR UN FELPUDO.
En Hazlo Hazlo ya os conté hace unos días cómo he convertido un sencillo y económico felpudo, en mi particular, personal y decorado felpudo con estrellas.
El proceso ha sido facilísimo. Lo primero ha sido eliminar las esquinas redondeadas del felpudo. No sé por qué lo he hecho porque he perdido superficie para limpiarse los zapatos en el felpudo, pero me apetecía una imagen más ordenada para la puerta de casa y así creo haberlo conseguido.
Para pintar las estrellas y luego los dos bordes (el superior y el inferio) en el felpudo, he usado una pintura que os sonará; la ONEON de Blatem. ¿Recordáis que os conté cómo decorar una pecera con esta misma pintura?
La ONEON de Blatem es una pintura multisuperficies con la que puedes pintar desde paredes hasta suelos. Por eso la he elegido para decorar el felpudo BORRIS.
Los bordes del felpudo los he pintado usando el común método de enmascarar con cinta de pintor o cinta de carrocero. Pero para decorar el felpudo con las estrellas azules que veis, usé el tampón DIY que guardo y reutilizo una y otra vez. ¿Recordáis cuando lo usé con legía para decorar un pantalón vaquero? ¿O quizá tenéis aún en mente la más reciente idea de pintar con estrellas una caja?
El hecho es que se le puede dar una nueva imagen con algo de decoración, a un felpudo que aparetemente no tiene tanta gracia como quisiéramos. ¿Quién se atreve?