Casas de muñecas.

Las casas de muñecas son casas «de juguete» en miniatura, con un cuidado exterior pero un muy cuidado interior.

He entrecomillado «de juguete» porque aunque pueden parecerlo, las casas de muñecas no son para niños.

Las casas de muñecas imitan en aspecto y forma, cualquier cosa que se pueda encontrar en una casa de verdad. Las casas de muñecas cuentan no solo con un realista exterior, sino con habitaciones, ventanas, puertas, lámparas, muebles y hasta ropa de hogar a escala, e intentando la más fiel reproducción.

De esta forma, el valor de una casa de muñecas puede depender del tamaño de esta, pero también de lo más aproximada que sea la imitación de los detalles exteriores e interiores, de esa casa de muñecas.

Está clara la relación que puede existir entre la aquisición de una casa de muñecas, con el gusto por la decoración.

De hecho, aunque cuando pensamos en casas de muñecas imaginamos casonas clásicas, hoy es posible encontrar casas de muñecas de diseño o casitas de estilo moderno.

Tener una casa de muñecas, recrear uno u otro estilo decorativo en ella, o disfrutar reedecorando las habitaciones, e incluso el exterior de nuestra casa de muñecas, puede ser la forma de desarrollar nuestro hobby decorativo, de una forma «algo más económica» de lo que sería hacerlo en una casa de verdad.

Y vuelvo a entrecomillar «algo más económica» cuando hablo de lo que puede costar decorar una casa de muñecas, porque en realidad, no es tan barato tener una casa de muñecas como puede parecer.

Aunque podemos adonar, decorar, y hasta construir nosotros mismos una casa de muñecas, si queremos comprarla y comprar todas las piezas, podemos descubrir que su precio puede ser más elevado de lo que pudiéramos pensar.

Está claro que es posible encontrar piezas de mobiliario, cortinas o lámparas para casas de muñecas económicas. Pero si queremos una pieza especial, una silla imitación de una silla real de diseño, esa lámpara que no podemos pagar para nuestra casa real o el piano que además de decorar suena de verdad, puede costarnos un demasiado.

De cualquier forma, tener una casa de muñecas puede ser un sueño para muchos, muchos entre los que me incluyo, y un sueño no tiene precio.