Blanco y madera es una de las tendencias que se están reforzando este año. No son pocas las marcas, las tiendas y los diseñadores e interioristas, que optan por esta mezcla.
El mobiliario blanco mezclado con piezas de madera, sin apenas tratar o casi en su estado natural, es tan extraña como consecuente.
Por una parte, el color blanco con su fría e impasible imagen, necesita de la calidez y cordialidad de la madera.
Por otra parte, la madera en su versión más cercana a la natural está falta del toque elegante y chic que sin duda aporta el blanco.
Seguramente, la mezcla de madera y blanco ha sido la consecuente, natural y necesaria evolución de dos tendencias. La primera, el minimalismo de finales de los años 90 y la segunda, la tendencia nórdica que apareció en la primera década del nuevo siglo. Estaba claro que el abuso de una imagen limpia, fría, serena, inexpresiva… debía acabar en algún momento y la introducción en esos ambientes de la madera con su color y su calidez, era la forma perfecta de evolucionar.
La fotografía, que he encontrado en un catálogo de JYSK, ilustra exactamente la mezcla de blanco y madera de la que hablo.
Dicha mezcla es tan evidente, que no solo se trata de mezclar piezas de mobiliario y decoración de color blanco con otras de color madera. Más bien, se trata de encontrar muebles que en sí mismos, contengan los dos colores.
En la fotografía se aprecia la mezcla madera y blanco en la mesa, en las sillas y en el mueble auxiliar junto a la pared. Y ya veis que como digo, el blanco resta a la madera su imagen rústica, mientras que la madera hace del blanco un color más sensible.
Cada vez encuentro el blanco más relajante y menos frio, será porque me paso el dia entre colores y mi vista necesita descanso?
Bsos