Están de moda, seguramente por esa tendencia vintage con la que nos hemos dejado invadir con gusto. Son las tazas, los platos y otras piezas de vajilla esmaltados, cuya estética muchos recordamos que formó parte de nuestra infancia, y de la que otros se enamoran justamente, aún sin recuerdos asociados a ella.
Hoy os enseño, como excusa para hablar de la tendencia de las tazas y platos esmaltados, las piezas de vajilla inspiradas en esta tendencia, de Cabanaz.
Las piezas de vajilla esmaltadas de Cabanaz son de cerámica, aunque esmaltadas con esos colores pastel tan retro que todos esperamos ver en piezas de imitación vintage.
Por lo que he podido leer sobre las tazas o los platos esmaltados originales que se intentan imitar con vajillas como las de Cabanaz, aquellos no eran de cerámica, sino de acero.
Parece que los primeros utensilios de cocina esmaltados, aparecieron allá a mediados del siglo XVIII perfeccionándose hasta principios del XIX, cuando estos estaban fabricados de hierro fundido y mientras se buscaba algo de color para ellos con un recubrimiento seguro, duradero e higiénico.
Durante los años posteriores, gracias a su especial resistencia y su bajo coste, los platos, las tazas, los cazos y cazuelas esmaltados, se convirtieron en enseres cotidanos en los hogares.
El uso de vajillas esmaltadas, sobre todo concretamente en el caso de las tazas, se puso de moda allá a finales de los años 60 del pasado siglo y a principios de los 70. Esa puede ser la razón de que muchos de los que nacimos por entonces, tengamos tanto cariño a estas piezas y se hayan convertido en objetos de deseo para nosotros.
Hoy, piezas como tazas esmaltadas, platos esmaltados o cazuelas, teteras y botes esmaltados, todos con esos colores que recordamos y esa imagen vintage tan característica, son perfectos para aportar un toque fresco en la cocina y montar con ellos desayunos, almuerzos o meriendas con algo de nostalgia.