Verrines de albaricoque y helado visto en Le Cuisine de Mercotte.
Los verrines son tan simples como soprendentes, ya que para montar un verrine solo se necesita un pequeño vaso, una cucharita también pequeña que bien puede ser la de postre, y algo de imaginación y creatividad.
Verrine de crema de pollo con parmesano de Recettes du Chef.
Dulces o saladas, las composiciones con alimentos con las que se pueden hacer verrines son infinitas, pero todas son formas originales y distintas de servir los alimentos y comer en vasos.
Con imaginación se pueden hacer verrines con frescas ensaladas, se pueden crear deliciosos postres verrines, o montar unos pequeños aperitivos calientes también en verrines.
El truco para conseguir espectaculares y sabrosos verrines, está en combinar diferentes alimentos en vasos con los que formar las capas dentro de los verrines, que lo decorarán gracias a la transparencia de los vasitos.
Verrine salado visto en CuistoShop.
Los verrines son, además de gustosos aperitivos para matar el gusanillo entre comidas, o para tomar antes o después de estas, originales y atractivos elementos decorativos para nuestra mesa.
El juego entre colores, formas y sabores, que se consigue formando las capas de los verrines, es también una composición decorativa que hace si cabe a los verrines, y a esta idea francesa para comer en vaso, aún mejor propuesta para comer en nuestra mesa.
Diferentes verrines decorados de L’Atelier Gourmet.
Se pueden crear sencillos verrines desde dos o tres capas, hasta elaboradísimos verrines con 10 o más capas.
Con verrines, y con la infinidad de recetas que se pueden encontrar o inventándonos nuestras propias recetas de verrines, se puede sorprender en una mesa, decorarla, y al mismo tiempo servir la comida de una forma diferente.
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