Mi amiga Gloria, con quien comparto gusto por los adornos, y con quien intercambio inspiración decorativa, ha recibido un regalo de esos que aunque sabemos que vienen, nos soprenden por su cuidado envoltorio y su pensado exterior.
Y es que un regalo puede ser dos regalos a la vez, lo regalado en sí mismo, y el envoltorio junto con la dedicación y tiempo que se regala al envolverlo.
Esta es una forma de envolver un regalo de esas tan especiales, en las que abrirlo será un acto cuidadoso para no estropear el bonito exterior.
Al mismo tiempo, el disfrute derivado de descubrir lo que esconde algo un envoltorio de regalo tan curioso, será un valor añadido al propio regalo.
Os animo a que imaginéis nuevas maneras de regalar, nuevas materias primas para crear envoltorios, experimentéis con materiales, formas y volúmenes al envolver regalos, y que si el resultado es como el que os muestro hoy, que lo compartáis con todos nosotros.
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